martes, 28 de enero de 2014

Emprendemos el viaje... vámonos!!!

Y mira que yo siempre he sido de ir en barco eh?
Y aquí estamos, subidos por fin y con el ticket en la mano de esta montaña rusa. Preparados para escuchar el: ¡vamos allá! y emprender el viaje.
La vida es un poco así, subidas, bajadas, zig zags...
si fuera todo el línea recta sería aburrido, verdad?

Me ha costado muchísimo tomar esta decisión. He esperado hasta el último momento poder escuchar algo así como: Vane, no hay quirófano. Las cosas han cambiado, he descubierto ésto para ti, y para ellos... y todo ha terminado, y nunca dolerá nada...
Pero por más que lo deseo, eso no sucede. No hay otra solución y no nos queda más que amoldarnos a la que nos dan (como me dice un amigo, a veces no hay que ser roble, y hay que ser junco), y confiar en ella, en él, e ir a por todas. 
Estoy muerta de miedo, con una mezcla de sentimientos rarísima... (pero bueno, eso tampoco es novedoso en mi), y busco a la Vane valiente, y aunque a ratitos está demasiado escondida, termino encontrándola.

Hace algunos meses, me negaba a pasar por ésto.
Mucha gente me tacha de ilusa soñadora pero nunca me ha importado.
Yo sé que algún día darán con una cura para esta enfermedad, es que lo tengo tan claro como que estoy aquí entre lágrimas escribiendo.
Y ese es mi único miedo, el más grande... el no poder curarme cuando ese día llegue porque no haya nada que curar.
Supongo que si no hubiera luchado tanto, si no hubiera probado tantos tratamientos en experimentación, si no hubiera ido de un sitio a otro buscando otros médicos y otras soluciones, hace varios años que mis antiguos médicos y cogiéndose a lo fácil, hubieran zanjado el tema como me propusieron.
Pero siempre me he negado, nunca se lo he permitido.
Y sí, es cierto que eso me ha llevado a no tener apenas calidad de vida todo este tiempo, pero también lo es, que gracias a negarme, he seguido teniendo ilusión (e intestino) y no la he perdido, ni incluso ahora.. 
Sé que me despertaré y me tocaré la tripa. Y que lo primero que pregunte será: ¿me queda intestino?. Y me dirán que sí.
Que claro que me queda. Que sólo me han quitado el que no valía para nada, el que llevaba tanto tiempo haciéndome sufrir, pero que me ha dejado al menos el trozo justo, para que pueda seguir soñando con que un día habrá una cura, para seguir luchando por ella, para conseguir que nadie pase por ésto.. que ningún peque del Equipo C, sufra ésto que sufrimos, nunca más.
Sé que no nací para salvar al mundo ni nada parecido, ojalá fuera así y estuviera en mis manos.
Ojalá.
Embarcamos ya... en horas sabremos si la vida me permite seguir soñando con todo ésto que deseo.
Pero si no fuera así, si se me robara mi derecho a seguir soñando con curarme algún día, espero salir con las fuerzas necesarias para emprender otros sueños, otros rumbos...
y seguir siendo yo, como soy...
porque eso, nunca dejaré que me lo robe nadie.
Nos vemos en puerto!! 




martes, 14 de enero de 2014

Montada de nuevo en mi dragón khan particular


Llevaba días intentando definir esa sensación rara en la tripa.
Ese vuelco que siento cada pocos segundos y que anoche, mientras daba vueltas en mi cabeza a como serían aquí los días que esté ingresada de nuevo, (una, que suele ser muy organizada y deja todas las cosas muy atadas),  me vino de repente cual era su nombre.
Ha vuelto, sí. Mi dragón khan particular de las emociones está aquí.
Y yo lo miro y él me mira.  Y se pasea por mi barriga a una velocidad de vértigo, y eso, que no hemos comprado el ticket en taquilla todavía.


Supongo que cuando sabes que estás apunto de subirte otra vez, es inevitable habiendo paseado tantas otras tantas veces por ese recorrido, que esa sensación te embargue por dentro.
Y es una mezcla extraña, a pesar de conocer casi como la palma de tu mano esos raíles.
Claro que tengo miedo. Mentiría si dijera que no.
Y claro que estoy preocupada de que pasar de nuevo por todo eso, no solucione nada.
Y claro que estoy esperanzada, y llena de ilusiones y de sueños otra vez.
Y claro que sé que todo irá bien...
y claro que a ratitos, a pesar de tener tan claro que es la única solución, aún lo miro desde lejos y le digo que no quiero subirme, que prefiero otras atracciones en las que no se produzca ese vuelco, no sé... que cuando pase por taquilla, no queden tickets para mí, porque no me gusta sentirme como me siento cuando monto en él.
Resumiendo... 
que ya sé lo que siento. 
Apareció de nuevo, está ahí. Mi dragon khan particular de las emociones ha vuelto.
Y yo, ahí sentada, lo miro todavía sin subirme, aún sintiéndolo tan cerca.
Y la sensación de bajada me puede por mucho que me haga la valiente.
Pero ningún viaje en él dura eternamente.
Y sé que parará de nuevo, y bajaré.
Sólo espero no tener que volver a decirle nunca, volveré.
Porque deberían colgar en la taquilla de esa atracción, un cartel de CERRADO.
Y que nunca, nadie, se sintiera así.

Pd. Pero ya que estamos subidos, hagamos el viaje.
¡Quizás sea el definitivo!
Y sé que conmigo viene mucha gente, para que no me caiga.
Que los llevo muy cerca y me dan la mano.
Iré en ese vagón sí, y en él levantaré las manos al aire para que las penas no bailen...y os iré contando...


Vámonos!!!